Las sorpresas más curiosas de hijos a madres en su día: “Ha fortalecido nuestro vínculo”

Fotograma de 'Feliz Día de la Madre'
  • Regalar una taza con frase bonita ayuda a salir del paso, pero el Día de la Madre exige un poquito más de imaginación

  • Los psicólogos Andrés Calvo y Esther Blanco proponen un ejercicio muy útil que garantiza el éxito

  • Sorprender implica conocerla a fondo y dejar atrás nuestro hedonismo

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Quien quiera saber cómo recibe su destinataria una taza con mensaje el Día de la Madre que lea esta reseña: “A mi esposo le encanta la taza. Le queda perfecto; ¡les da de comer a las ardillas, aunque saqueen sus comederos!” Alguna usuaria dice que a ella sí le encantó. Claro. Ya nos sentenció Erich Fromm con una frase lapidaria que nos suscribe de forma vitalicia a la abnegación y a una sonrisa beatífica, pase lo que pase: “El amor materno, por su propia naturaleza, es un amor incondicional”.

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Es cierto que la maternidad es una bendición, pero eso no impide que llegue este glorioso día y espere algo más emocionante que una taza con frase cursi, una vela con olor a kiwi -¿aún no sabe tu hijo que eres alérgica a esta fruta?- o una camiseta que atenta contra su buen gusto. “¡Qué mona!”, dirás mientras piensas si aún te queda hueco en el cajón del olvido. Al menos sabrás que, aunque no lo diga, su recado siempre será: “Gracias por existir”.

El amor materno filial es, por regla general, auténtico y fuente de dicha, pero no está de más alegrarle de verdad este primer domingo de mayo, que es exclusivamente para ella. Rodrigo, un periodista murciano que trabaja en Madrid, cumple este año 50, “una hazaña que le debo a ella y, por eso, me apetecía que el homenaje fuese para ella haciendo del Día de la Madre algo especial y lleno de cariño”.

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A su progenitora, Elena, le apasiona la jardinería y recordó que siempre ha tenido el capricho de ver los cerezos en plena floración. “Tuve que adelantar el regalo, cuando aún estaban en flor. Me presenté, sin previo aviso, en Murcia, preparamos la maleta y viajamos hasta el Valle del Jerte, donde pasamos un fin de semana mágico. Su reacción al ver ese manto níveo fue de asombro. Me dio un beso y me dijo que era un canto a la vida. Yo le hice su mejor regalo y ella me lo hizo a mí”, nos cuenta.

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Cumplir las expectativas de la madre

Un hijo que ama a su madre desea, por encima de todo, cumplir sus expectativas. Las sorpresas son magníficas aliadas. Desde la clínica Persum, en Oviedo, los psicólogos Andrés Calvo Kalch y Esther Blanco nos explican su importancia: “Una sorpresa emociona de manea instantánea y positiva. Saber que el hijo hizo el esfuerzo de elegir aquello que le gusta le hace sentirse apreciada y valorada. Además, fortalece el vínculo y crea un momento memorable que contribuirá a su bienestar”.

Ahora bien, los psicólogos recuerdan que, para que esto sea así, la sorpresa tiene que ser significativa, muy personal y pensada expresamente para ella, en sus gustos, carencias e intereses. Es decir, que nazca del corazón, no de una necesidad de salvar el momento.

¿Cómo acertar? Calvo aconseja un ejercicio que él usa en su consulta con resultados muy efectivos: la mentalización. “Mentalizar implica comprender nuestro propio comportamiento y el de los demás a partir de pensamientos, emociones, valores, carácter o particularidades de su personalidad. Una vez que tenemos ese conocimiento profundo de nosotros mismos y de esa otra persona, seremos capaces de saber qué le gusta y emociona o qué espera de nosotros. Cuanto más sabemos, más acertados estaremos. Es una habilidad que mejor a medida que profundizamos en ese nivel de conocimiento”.

El conocimiento es sinónimo de éxito

Entender cómo piensa y siente la madre a la que vamos a sorprender eleva la relación con ella y nuestro propio crecimiento personal, pero también nos mejora como sociedad. “Estamos inmersos en una sociedad cada vez más narcisista y con menos valores. Es algo que normalizamos. Por eso, sorprender a nuestra madre con un gesto que ha implicado un esfuerzo marca una diferencia con respecto a los regalos que se hacen desde nuestro propio hedonismo o comodidad. Sorprender desde el conocimiento garantiza el éxito. Puede ser una comida, un paseo juntos o un dar las gracias”.

Cuando llega esta fecha, las redes se inundan de vídeos muy emotivos con este tipo de muestras. La más repetida, el hijo que sorprende a su madre después de una buena temporada sin verse. Son escenas que transmiten mucho cariño y respeto hacia la figura materna. Hace ya un tiempo se hizo viral la reacción de una mujer venezolana al descubrir que quien le servía en la mesa del restaurante era su propio hijo, a quien llevaba seis años sin ver. El reencuentro desata un sonoro aplauso en el local.

El rey de las sorpresas es el inagotable Jesús Calleja. Nadie lo sabe mejor que su madre, que se ha acostumbrado a que aparezca en cualquier momento y siempre con alguna idea loca. En su último Día de la Madre, la visita fue especialmente emocionante por inesperada. “¿Qué le regalo? -se preguntó-. Pues una canción que yo tenía que escribir que me saliera del corazón. En la canción tenían que estar mi padre Julián, mi hermano Kike Calleja y, por su supuesto, mi madre María. No sé si es ñoña o cursi...no soy compositor, pero cada palabra tiene para nosotros un significado”.

¿Hay que tener un talento especial para sorprender con un gesto así? El propio Calleja responde en su post: “Para la ejecución de la música y canto me ayudé de una IA, ¡Vamos, que me lo curré! Jajajajaja”.

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