El apagón masivo que se ha producido en España y otros países europeos este pasado lunes 28 de abril ha afectado a millones de ciudadanos de todo el país. Cortes de tráfico, de luz, apagones, metros y trenes sin servicio y evacuados, hospitales y aeropuertos afectados... El Gobierno tuvo que decretar el 'cero nacional' o 'cero energético'. Más de 18 horas después, se ha conseguido reestablecer casi el 100% del suministro eléctrico, tal y como ha anunciado Red Eléctrica.
Un 'cero energético' es el término utilizado para describir un evento en el que todo el sistema eléctrico de una región o incluso de un país sufre una caída total de suministro, cayendo hasta el cero. No se trata solo de un apagón local: en un cero energético, las redes de generación, transporte y distribución de energía eléctrica quedan completamente sin servicio, como ha ocurrido en gran parte del territorio español.
Cuando ocurre un 'cero energético', se apagan las luces en ciudades y pueblos; los servicios esenciales (hospitales, comunicaciones, sistemas de emergencia) dependen de generadores propios; se detiene la industria, el transporte eléctrico (como subterráneos y trenes) y muchos sistemas de agua potable y telecomunicaciones. De este modo, la vida diaria cambia de inmediato: desde no poder cargar un móvil hasta no tener calefacción o refrigeración.
Así, después de esto, el proceso de reestablecer la electricidad se ha llevado a cabo en varias etapas. Primero, los operadores de la red (en España, Red Eléctrica de España, REE) confirmaron que no hay generación ni consumo. Después se ha llevado a cabo el restablecimiento de centrales, priorizando la puesta en marcha de las centrales eléctricas capaces de arrancar de manera autónoma, un proceso llamado arranque en negro ('black start'). Estas plantas pueden ser hidroeléctricas pequeñas, centrales térmicas específicas o baterías gigantes.
Tras estos pasos, se ha producido la reconexión gradual de la red, restableciéndose sectores pequeños de la red uno a uno, verificando la estabilidad del sistema en cada paso. Cabe destacar que no se podía conectar todo de golpe o habría colapsado de nuevo.
Asimismo, se ha dado máxima prioridad a servicios esenciales, como hospitales, plantas de agua, sistemas de comunicación y seguridad, que son los primeros en ser reconectados. Finalmente se ha obtenido la restauración al público general. Una vez que el sistema se estabiliza, el suministro se extiende a los hogares, comercios e industrias. Por ejemplo, el Metro de Madrid ha vuelto a abrir casi todas sus puertas a las 8:00 horas de este martes.
Aunque, incluso tras la recuperación inicial, se han presentado efectos secundarios, como daños en equipos eléctricos sensibles por caídas o picos de tensión, tráfico colapsado después de que los semáforos quedaran apagados durante horas, interrupciones en la producción de industrias y problemas de abastecimiento en supermercados -muchos han tenido que cerrar sus locales-, estaciones de servicio y hospitales.
Una vez restablecida la energía, ha comenzado una segunda etapa más técnica: la revisión de infraestructuras, el análisis de vulnerabilidades para estudiar qué falló -la incertidumbre sobre el origen del incidente persiste-, invertir en ciberseguridad y almacenar energía.
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