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La historia del primer boleto de lotería del mundo: cómo y por qué nació el juego

Un décimo del primer sorteo de Navidad de la historia
Un décimo del primer sorteo de Navidad de la historiaTelecinco.es
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La lotería, tal como la conocemos hoy, nació como una respuesta pragmática a una necesidad política: financiar el Estado sin subir los impuestos. Lejos de ser solo un entretenimiento masivo o una tradición navideña, el origen de este juego de azar es también el relato de una estrategia fiscal astuta y, en muchos casos, revolucionaria. Para entender el valor cultural, económico y simbólico de la lotería, es necesario hacer un viaje a través de la historia y descubrir dónde y por qué se imprimió por primera vez un boleto de lotería.

De los bambús chinos al pragmatismo europeo

Las primeras formas de lotería no nacieron en Europa. Ya en el siglo II a.C., durante la dinastía Han en China, se utilizaban sistemas rudimentarios similares a rifas para financiar obras públicas, entre ellas, según algunos historiadores, la Gran Muralla. Estos primeros juegos, conocidos como “Keno”, incluían la selección de números por parte de los participantes y la extracción aleatoria de combinaciones ganadoras.

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En la Antigua Roma, el emperador Augusto organizaba sorteos durante las festividades para recaudar fondos y recompensar a los ciudadanos. Pero no fue hasta el siglo XV cuando se imprimió el primer boleto de lotería reconocible como tal.

1446: la pionera Brujas

La ciudad de Brujas (hoy Bélgica) es considerada por muchos historiadores como el lugar donde se celebró uno de los primeros sorteos públicos documentados con boletos impresos. En 1446, las autoridades municipales organizaron una lotería para financiar la construcción de defensas urbanas. No existía aún la maquinaria burocrática moderna ni la Hacienda como tal, pero sí el ingenio fiscal: la población participaba voluntariamente, y los premios eran una forma de incentivar el pago de una suerte de “donación”.

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Isabel I de Inglaterra y la institucionalización del juego

Un salto cualitativo se dio en 1567, cuando la reina Isabel I organizó la primera lotería oficial del Reino Unido. Los boletos, impresos y numerados, se vendieron durante meses, y el sorteo se celebró con gran repercusión pública. El objetivo: financiar la reparación de puertos y apoyar la expansión naval británica. El precio de cada boleto equivalía a varios días de salario de un trabajador, lo que limitaba su acceso a clases medias y altas, pero el modelo se consolidó.

La Lotería Primitiva de Carlos III: España entra en juego

En España, la primera lotería moderna fue autorizada por Carlos III en 1763 bajo el nombre de "Lotería Primitiva". Inspirada en el modelo napolitano, su objetivo era el mismo que en Inglaterra: recaudar fondos sin aumentar la presión fiscal. Los participantes elegían números, y los boletos eran gestionados por la administración central, con sorteos regulares y premios distribuidos según combinaciones ganadoras. El primer sorteo tuvo lugar el 10 de diciembre de ese año.

Cádiz, 1812: nace la Lotería Nacional

La versión que hoy conocemos como Lotería Nacional nació en Cádiz, en plena Guerra de la Independencia contra Napoleón. El primer sorteo se celebró el 4 de marzo de 1812. Esta vez, los boletos ya no eran participaciones abiertas, sino décimos con un número preimpreso, vendido por la Administración del Estado. El formato se consolidó como una forma masiva de financiación estatal y arraigó profundamente en la cultura popular española.

Este formato cuajó porque resolvía un problema doble: el Estado recaudaba sin imponer un impuesto obligatorio, y el ciudadano podía soñar con mejorar su vida con una pequeña inversión. Esa fórmula, simple y poderosa, sobrevivió a monarquías, repúblicas, dictaduras y democracias. Hoy, las loterías públicas siguen financiando infraestructuras, educación, asistencia social o cultura en decenas de países.

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