En la lista de lugares indeseados para que a uno le pille un apagón de suministro eléctrico masivo, como el que se vivió este pasado lunes 28, los ascensores, por sus reducidas dimensiones, ocupan un lugar prioritario, pero si se hiciera una encuesta el primer puesto probablemente se lo disputarían las atracciones de feria. Pues, precisamente, a bordo de una de ellas les sorprendió el apagón a varias personas que disfrutaban de la soleada mañana de este lunes, en el Parque de Atracciones de Igueldo, en San Sebastián.

Los pasajeros de la Montaña Suiza, la montaña rusa de acero más antigua del mundo en funcionamiento, disfrutaban del viaje admirando las impresionantes vistas que ofrece el recorrido de la atracción: “¡Qué pasada, chicos! Mirad, mirad a la izquierda”, se escucha mientras el teléfono graba la bahía donostiarra.

En plena ascensión de uno de los dos trenes de esta atracción, inaugurada en 1928, por una de las rampas del trayecto, de pronto el traqueteo de las ruedas por los raíles de acero deja de escucharse, la atracción se detiene suavemente e incluso retrocede unos segundos hasta pararse completamente.

Ellos no lo saben, en ese momento, pero acababa de llegar el apagón. Claro, que intuyen que aquello no es normal. “¡Por favor!”, “No, no puede ser”, “sí, venga…” o “a mí que no me vacilen”, se les escucha.

La incredulidad se adueña de los pasajeros que, con cara de susto creciente, entre ellos, se preguntan, una y otra vez, “¿Nos hemos quedado?”, “No nos hemos quedado, no?”, “¿Qué ha pasado?”,

Mientras se enfocan a ellos mismos, entre risas nerviosas y expresiones de asombro, se escucha de fondo la conversación entre el guardarraíles que se encarga de controlar los frenos a bordo del propio tren hablando en euskera con sus compañeros.

Al cabo de unos segundos, con la Montaña Suiza completamente parada en mitad del recorrido y “con la gente flipando”, el trabajador de la atracción se dirige a ellos para con tranquilidad advertirles de lo que van a hacer: “Vale, vamos a ir bajando, estad tranquilos porque ha saltado la luz y es un motor eléctrico”. La explicación parece apaciguar a los usuarios que responden con un “ahhhh, vale”, aunque a renglón seguido se escucha a alguien preguntar "¿Cómo nos bajamos?”. El guardarraíles les conmina a “esperar un poquito” y les informa que, una vez estén de regreso a la zona de salida, “pasen por la taquilla para que les devuelvan el dinero”. El vídeo se ha hecho viral y acumula miles de visualizaciones en las últimas horas.

Sin duda, como suele ocurrir en acontecimientos históricos, casi todo el mundo recordará con el paso del tiempo dónde estaba y qué se encontraba haciendo en el momento en el que ocurrió este inédito y masivo corte de suministro eléctrico. Claro, que solo unos pocos podrán decir que les pilló a bordo de la montaña rusa de acero más antigua en funcionamiento del mundo.

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