Música

El Último de la Fila y su gira de regreso (con temas nuevos): “Es como organizar una paella con amigos”

Manolo García y Quimi Portet, durante la presentación de su gira de 2026.
Manolo García y Quimi Portet, durante la presentación de su gira de 2026.Getty Images
  • Manolo García y Quimi Portet dan detalles de sus nueve conciertos (primavera de 2026) y sus temas nuevos

  • “Nos dicen que el público pagaría lo que fuera, pero nos da igual. La vida está muy jodida para mucha gente”, sostiene García.

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En diciembre de 2023, con motivo del lanzamiento de su último álbum, Desbarajuste piramidal, El Último de la Fila convocó una rueda de prensa en Madrid en la que los periodistas, como puede suponerse, preguntamos a Manolo García y Quimi Portet si sopesaban llevar a cabo una gira como lógica continuación del disco. “No cerramos ninguna puerta”, dijeron, lo que si bien no era un “sí” en toda regla, tampoco era un “no”. Pero también podía ser una respuesta juguetona, ornamental, fruto del conocido talante cáustico y surrealista de este par de catalanes.

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Un año y cinco meses después han despejado la incógnita: el pasado abril anunciaron una gira por nueve ciudades españolas (Madrid, Barcelona, Fuengirola, Roquetas de Mar, San Sebastián, A Coruña, Avilés, Sevilla y Valencia) que arrancará en la primavera de 2026. Para dar detalles de ese retorno a los escenarios, García y Portet han vuelto a escenificar un casi idéntico encuentro con la prensa, en el transcurso del cual ha quedado claro, una vez más, el cariño y el respeto que El Último de la Fila sigue generando pese a que distan cuarenta años desde que iniciaron su actividad como dúo.

La gira surgió, precisamente, durante el proceso de creación de Desbarajuste piramidal. “Estuvimos grabando canciones —dice Quimi Portet— y eso nos permitió recuperar el trabajo juntos, y ahí empezamos a tener el germen de presentarlo en directo”. Actualmente, añadió, están en fase de preproducción, que incluye a la banda más mítica de El Último de la Fila. Sobre el repertorio, pocas dudas: “Vamos a tocar las canciones que nos gustan más, que coinciden con las que más gustan a la gente. Alguna se colará de Los Burros, ya que siempre tuvimos ese espíritu reivindicativo con respecto a nuestros anteriores grupos”.

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Precios para todos los bolsillos

Uno de los muchos alicientes de la vuelta al directo de El Último de la Fila es el precio más o menos popular de las entradas: de 65 a 90 euros. Se trata de un empeño particular del dúo, afirma Manolo García: “Somos los ideólogos. Desde que empezamos nos hemos caracterizado por tener una intención correcta, no abusar de nadie, hay cosas que suceden actualmente que nos parecen desmesuradas y disparatadas, y es socialmente injusto. Somos un grupo popular, y mal nos iría si nuestros textos desgranan un discurso y nuestra actitud es la contraria”.

“Recuerdo que The Clash cayeron en esa contradicción —prosigue—, llegaron a vender millones de discos y se abrió una grieta que acabó con ellos. Es importante significarte, el tierra de nadie no va con nosotros. Nos dicen que el público pagaría lo que fuera, pero nos da igual. La vida está muy jodida para mucha gente. Vemos las terrazas llenas, pero hay millones de personas en este país que las pasan putas, y poner un precio caro sería un insulto”.

Portet declara que se sienten “preocupados no, circunspectos sí”, a propósito de este retorno esperadísimo y que la química que une a ambos “es fisiológica”. Manolo García, más mundano en esta ocasión, describe así sus sensaciones: “Es como organizar una paella y pasar un rato agradable con amigos. Será un poquito de risa, un poquito de alegría y unos guitarrazos bien dados. El hecho de que podamos dar una alegría durante unos días es importante”. Por eso, como añade el cantante, “la nostalgia no siempre es un ejercicio nefasto, a veces tiene un punto dulce”.

No es infrecuente que bandas surgidas en la década de 1980 se pateen escenarios de España al cierre del primer cuarto del siglo XXI. Sin embargo, ningún retorno —exceptuando, tal vez, el de Pecos, aunque estos empezaron en 1978— ha generado tanta expectación como el de El Último de la Fila. La razón obvia: el dúo catalán dispensó, durante sus años dorados, uno de los mejores directos que se recuerdan. Grandes canciones, excepcionales músicos y un Manolo García siempre entregadísimo (cualidad que ha seguido cultivando en solitario) marcaron actuaciones sin parangón y auguran nuevos estímulos para sus seguidores de cara a esta gira que anuncian.

Como dice García, “eso demuestra lo mucho que ha calado la música popular en la vida de la gente, a la que ha dado vida, alegría, impulso y mucha energía. Somos una banda de las muchas que hubo y que dejaron una impronta”. Portet baraja otra explicación: “Hoy la música popular está diluida entre otras formas de ocio. Cuando empezamos no existían videojuegos, ni redes sociales…, cosas que cubren la emotividad de la gente joven. Esa es la causa de la revalorización de cosas de hace cuarenta años. La gente busca recuperar la emotividad que producía la música tiempo atrás”.

“Antaño —apunta García— la población se sentía partícipe de un movimiento cultural de insurrección pacífica. Eso lo ha necesitado el ser humano siempre. Hoy también, pero parece que no pasa nada: todos tenemos móvil, redes… y solo tenemos que tomar cervezas y bailar. Ese vacío lo está llenando esta reivindicación popular. La vuelta de bandas antiguas se da porque mucha gente necesita sentir que está haciendo algo, no solo bailando”.

El Último de la Fila es uno de los grupos más singulares de la historia de la música en España, tanto por su sonido, rockero pero con guiños al flamenco, como por la hondura de sus letras. “Siempre hemos defendido —dice Manolo García— que una canción sea 100% de calidad musical y 100% de calidad literaria. Los cantautores tenían una fuerza cultural tremenda y, con razón, la empleaban contra una dictadura, no solo en España. Venimos de esa historia. Los textos aportan. No es lo mismo oír a Joan Baez que a alguien cantando ‘la, la, la, li, li, li,’. Es respetable, pero tenemos interés por una canción popular más implicada”.

En su burbuja

Esa originalidad, refrendada por su éxito, los ha mantenido al margen de modas y presiones. “En este grupo siempre ha habido una burbuja —dice Portet— que nos mantiene un poco al margen de todo. De puertas adentro nos basamos mucho en las canciones y el placer de tocarlas. Somos conscientes de que la época en que se creó ese material no es la actual, pero una de nuestras ventajas es poder vivir en esa burbuja, dedicarnos a la música en la forma en que la sentimos. Hoy somos menos estrambóticos, porque han pasado muchos años, pero esa filosofía sigue existiendo”.

La burbuja también ha alejado de ellos vanidades indeseables. “Este oficio tiene un punto de vanidad innegable que hay que modular”, apunta Quimi Portet. “En el fondo lo que hemos logrado es lo que intenta todo el mundo, llegar al máximo de gente posible. Pero vivir con la responsabilidad de ser la bandera de algo o de significar más de lo que eres, no. Simplemente lo pasamos muy bien trabajando juntos, organizando sonidos y rebuznos juntos, y nuestro objetivo es llegar al corazón de las personas”.

Manolo García lo ilustra así: “Con el tiempo, el artista se tiene que prestar a un juego algo disparatado, de giras, apariciones en determinados programas de televisión… Cosas que le alejan de la realidad por la que empezó. Yo empecé porque amaba la música, oía a Jimi Hendrix y sentía una revolución en mis entrañas. Pero llegas a un punto en que el éxito te tira de la manga y te lleva a lugares, a algunos de los cuales quieres ir, pero en un limite correcto. Cuando la vanidad te aleja de lo primigéneo, algo está pasando y no vas a ser feliz”.

¿Habrá canciones nuevas en los conciertos? “Alguna cosita hay”, responde Manolo García. “Vamos haciendo algunas. Quimi tiene una incontinencia compositiva maravillosa; me enseña cosas en su estudio y yo las canto. Saldrían para el año que viene, antes de empezar la gira. Sí, es muy probable que hagamos algún tema nuevo en ella”. El grueso del repertorio serán los clásicos, que sonarán en su versión original, no en la remozada de Desbarajuste piramidal. Por cierto, ya saben con cuál iniciarán los conciertos, aunque no lo revelan. “No tenemos dudas, ha habido unanimidad”, declaran.

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