Adrien Brody lo ha conseguido. El mítico actor se ha alzado como Mejor Actor en esta 97ª edición de los Premios Oscar por su papel protagonista en 'The Brutalist'.

La actuación de Brody ya había sido muy elogiada por la crítica en un filme en el que el ganador del Oscar por 'El Pianista' volvía a encarnar al superviviente de un campo de concentración. En este caso, su brutal interpretación de un arquitecto judío-húngaro que emigra a Estados Unidos tras la Segunda Guerra Mundial en busca del sueño americano lo situaba entre los favoritos a alzarse con la estatuilla a mejor intérprete masculino.

El intérprete competía con Ralph Fiennes por 'Cónclave', con Sebastian Stan por 'The Apprentice', con Colman Domingo por 'Sin Sing', y con Timothée Chalamet por 'A Complete Unknown'.

Antes de subir al escenario del Dolby Theater de Los Ángeles, Brody ha protagonizado un gracioso e icónico momento con su pareja con el que ha roto el protocolo. Ya desde las escaleras, el actor le ha lanzado a su novia el chicle que tenía en la boca, provocando así la risa entre todos los allí presentes.

Con la estatuilla en mano, y visiblemente emocionado, ha pronunciado su discurso. "Gracias, Dios. Gracias por este premio y por esta vida con la que me has honrado", ha comenzado.

"Este derroche de amor que he sentido con cada persona con la que he trabajado en esta película. Respeto, aprecio y me siento tan afortunado... Actuar es una profesión muy frágil porque, aunque tiene mucho glamour en algunos momentos, una cosa que he obtenido al tener la oportunidad de volver a estar aquí es tener cierta perspectiva. Independientemente de dónde te encuentres en tu carrera, de lo que hayas logrado, todo puede desaparecer. Y yo creo que lo que hace que esta noche sea muy especial es esa consciencia y el agradecimiento de poder seguir haciendo el trabajo que amo", ha continuado.

El actor ha añadido que "ganar un premio como este representa un destino", pero ha querido resaltar que "más allá de la cumbre en una carrera representa la oportunidad de volver a empezar". "La oportunidad, con un poco de suerte, de que los próximos 20 años de mi vida pueda demostrar que merezco esos papeles de peso", ha subrayado.

Brody no se ha olvidado de sus compañeros de nominación, a quienes ha calificado como "seres humanos fantásticos que exudan gracia y bondad" y con quienes "comparto" este reconocimiento. También ha tenido palabras de agradecimiento para su equipo de trabajo "por lo que habéis hecho por el cine independiente, por vuestro fantástico guion y por darme espacio a la hora de encajar en este proyecto.

Como no podía ser de otra forma, se ha dirigido a su pareja, Georgina Chapman, "que no solo ha dado un impulso a mi propia valía sino a mis valores". Y a sus hijos: "Ya sé que ha sido una montaña rusa pero gracias por aceptarme en vuestras vidas. Papá vuelve a casa como un ganador".

Mientras la música de fondo volvía a escucharse de nuevo, trasladando que su tiempo de discurso llegaba a su fin, Adrien ha hecho una petición a la Academia: "Estoy acabando. Parad la música, lo he hecho antes. No es mi primer rodeo, pero prometo ser breve".

Finalmente se ha acordado de sus padres, quienes "han creado unos cimientos tan poderosos de respeto, de amabilidad" y le han "dado la fortaleza de seguir por este camino" y ha lanzado un mensaje de reflexión sobre la guerra. "Una vez más estoy aquí representando estos traumas y consecuencias que permanecen de la guerra, de la represión. Estoy convencido y rezo por un mundo más sano, más incluyente. Si el pasado nos enseña algo es a no pasar por alto las cosas. No dejar que el odio venza. Vamos a luchar por lo que es válido".

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