Maica Benedicto: objetivo, la redención

Maica Benedicto, finalista
Maica Benedicto, finalista
  • La edición anterior terminó para Maica Benedicto con una pequeña diferencia de votos y ahora se debate entre la redención y ser una "ganadora moral" eterna

  • Esta edición de GH Dúo es la continuación necesaria del Gran Hermano de anónimos que comenzó hace seis meses, cerrando así una exitosa temporada que atrajo la atención del público durante 166 días

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MadridHoy es el día de la Gran Final. Además, termino con la serie de daguerrotipos de finalistas, en este caso le toca a Maica Benedicto, seria candidata al triunfo. No sería preciso hablar de que cerramos hoy una edición que atrajo nuestra atención durante los últimos dos meses. En realidad, esta historia comenzó hace seis, en septiembre del año pasado. Porque este GH Dúo que hoy termina no ha sido otra cosa que la necesaria continuación de aquel otro Gran Hermano de anónimos. Como decían en la película ‘El exótico hotel Marigold’ (2011): “Al final todo va a acabar bien. Y si no acaba bien es que aún no es el final”. Por eso era necesario este final definitivo de hoy.

Acaba así una historia que necesitaba de un buen final. También se cierra la temporada en la que se recuperó la edición de anónimos después de casi siete años de sequía. Han sido, en total, 166 días (105+61) de Gran Hermano en estado puro. Días en los que hemos sabido que los realities de anónimos no solo siguen funcionando sino que son necesarios para renovar el plantel de nuevas figuras para este circo maravilloso de la televisión. Y nadie podrá negar que los últimos seis meses han dado un buen ramillete de nuevas caras, alguna de los cuales me parece un acertadísimo descubrimiento.

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Llegó el día

Me ha pasado algo singular en este GH Dúo, y es que una vez salieron Aurah Ruiz (que nunca fue concursante) y Ana Herminia, no hubo nadie que me incomodase. Confieso que Manuel Cortés y Dani Santos no me caen especialmente bien, pero nunca me molestó la presencia de ninguno de los dos. En el lado contrario, hace un par de semanas tenía cuatro candidatos cuyo triunfo era de mi agrado. Una vez han causado baja Miguel Frigenti y Romina Malaspina sería cínico no reconocer que prefiero ver ganar a Maica Benedicto, aunque si se lleva el maletín Óscar Landa lo daré por bueno y me alegraré igualmente.

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Solo queda asistir al cierre de estos seis meses de felicidad realitera, lo cual haré personalmente con entusiasmo. Dejo la despedida y agradecimientos al último Moleskine en vídeo de la temporada, que será el de mañana, por lo que desde aquí solo decir que nos espera una final de infarto en la que nada parece decidido. Sigo sospechando que no se está librando una batalla entre dos bandos sino que los dos candidatos destinados a batirse en el duelo final son Óscar y Maica, pero puedo estar equivocado. Va a ser una dura lucha tras la que espero haya paz entre seguidores de unos y de otros. Pase lo que pase lo vamos a pasar bien.

Daguerrotipo de Maica Benedicto

Daguerrotipo de Maica Benedicto
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La salida de la edición anterior de Gran Hermano como “ganadora moral” para muchos espectadores le da a Maica Benedicto una historia poderosa que explotar. Ella merecía esta segunda oportunidad y poder construir una narrativa de la redención con la que explicar que debe “terminar lo que empezó”, siendo aceptada como una mujer que merece la victoria esta vez. No está insistiendo en ello porque tal vez lo vea algo evidente. Es innecesario subrayar un texto que tiene solo una frase. Aunque Maica es mucho más que alguien en busca de una redención. En esa otra edición se forjó una imagen de concursante icónica, confirmada en los últimos dos meses.

Maica destaca por un lado como una persona natural y espontánea, mientras que por otro parece impostada, como si estuviera siempre exagerando aquello por lo que se ha hecho famosa. Su obsesión por la limpieza o los tropiezos que la hacen caer han sido señas de identidad también cuando no sabía que sería lo que más la iba a identificar ante la audiencia y sus propios compañeros. Las dudas sobre si son reflejos genuinos de su personalidad tienen una simple explicación: ella es única. No hay nadie como Maica y, bien pensado, si no existiera habría que inventarla. Donde otros ven interpretación yo aprecio la transparencia con la que se ha mostrado desde el principio.

Esa transparencia de la que habló produce cierta inquietud en algunos, de igual manera que ha sido castigada por la manera que comenzó su primer reality. A Maica le comunicaron que era concursante días antes del estreno, trabajando como azafata en el FesTVal (Festival Nacional de la Televisión de España) de Vitoria. Además, fue la primera en entrar en la casa esta temporada y poco más tarde era invitada a visitar la casa de Grande Fratello en Italia, aunque su estancia fue más breve de lo normal y supo realmente a poco. A pesar de eso, despertó las envidias de algunos de sus compañeros y ciertas suspicacias entre el fandom de otros concursantes. Estaba destinada desde el principio a ser una concursante especial.

Maica Benedicto

Maica no ha renunciado en esta edición a esas señas de identidad tan personales que tantas críticas le han valido. Digamos que ha pasado de las censuras, aunque eso no significa que haya dejado de aprender. Le ha servido para eso analizar las cosas que hizo mal y ha intentado corregir en esta segunda oportunidad. Su evolución como concursante se aprecia en la aceptación de participar de las estrategias de juego, algo a lo que había puesto antes algunos reparos. En eso Oscar Landa y ella han ido de la mano. Este compañero fue su pareja en el juego de dúos que marcó el comienzo de la edición, y con él se han visto los cambios más importantes en una Maica menos susceptible y más escéptica ahora.

Su reencuentro con Óscar no fue satisfactorio para nadie. Ni para aquellos que querían ya entonces ver a Óscar solo, ni para quienes estaban deseosos de ver una rápida reconciliación. Si su primera narrativa es la redención, la segunda seria ese “enemies to allies” del que hablé ayer, una transición, preferiblemente épica, de enemigos a aliados, entre Óscar y ella. Pero Maica habría decepcionado si hace lo que la audiencia demanda. Ella ha tenido sus ritmos y aunque aún hoy ambos desconfían del otro, también es cierto que no vi a nadie derrochar tanto cariño como a estos dos, incluso en los momentos que todavía eran enemigos. De alguna manera, también en esto hemos asistido a una redención al haber salvado la amistad a base de paciencia y algunas dosis de frialdad.

Le ha debido costar a Maica ser fría en su relación con Óscar porque ella es apasionada e impulsiva. Le domina más el corazón que la razón, y por eso creo que no ha tenido la tentación de usar este conflicto como combustible narrativo para no dejar de tener protagonismo en el programa. Si fuera tan artificial como algunos dicen no lo habría dudado y estaría aún hoy con las espadas en lo alto o hace poco que habría decretado un alto al fuego. Pero no ha sido así, por suerte. Esa tendencia a actuar desde la emoción más que desde el frío cálculo le ha hecho menos jugarretas que en el pasado porque ha sido ahora consciente de dónde está y cuál es su objetivo. A pesar de esto, no ha podido evitar volver a saltar cuando la reacción de Óscar ante ataques de otros compañeros no respondía a sus expectativas. Mala cosa esa de sentir frustración por una expectativa personal sin que el otro haya prometido actuar en contra de su instinto. Ahí volvió Maica a jugar con fuego.

Maica Benedicto

A Maica Benedicto (igual que a Óscar Landa) le ha beneficiado el grupo con el que decidió jugar esta vez. La presencia de Miguel Frigenti o Romina Malaspina en el grupo aportó creatividad en las estrategias y una buena lectura del juego, de la que ella también se benefició, como es lógico. Su naturaleza sencilla no está reñida con un extraordinario cuidado de su imagen personal. Es rara hasta para eso, porque pocas veces vamos a ver a una concursante de punta en blanco, maravillosamente vestida siempre y con el bote de lejía en la mano. Esa sencillez es igualmente responsable de que no haya sido una líder destacable a pesar de su carisma.

La gran contradicción de Maica en la edición anterior fue que cayese por una pequeña diferencia de apenas unas décimas entre su porcentaje y el de Ruvens (tal vez el concursante más detestado de la historia del programa) para luego lograr con su apoyo el triunfo de un concursante sin historia, que había pasado inadvertido durante casi todo el tiempo. Ese convulso final abre muchas dudas ante lo que pueda pasar esta noche en la gran final. Maica se debate entre la redención y convertirse en eterna “ganadora moral”. Por si esto fuera poco, su principal rival tiene también un narrativa propia de redención al haber ocupado la que puede ser peor posición en un reality, aunque en su caso fuera un “segundón” de lujo. En todo caso, alea iacta est (la suerte está echada según lo decían los romanos), o eso parece. Por tanto, solo me queda desear que gane el mejor.

Moleskine del gato

En el vídeo de hoy comento la contradicción en la que incurren algunos concursantes al pedir por un lado que les digan todo a la cara, protestando airadamente si no lo hacen, y luego quejarse amargamente cuando les dicen las cosas a la cara.

GH DÚO – Moleskine del gato 41
GH DÚO – Moleskine del gato 41
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