Roma y el Vaticano viven hoy otro día de máxima expectación y afluencia de peregrinos y fieles ante el cónclave que decidirá al sucesor del papa Francisco. En la Santa Sede, que ya ha celebrado la misa matinal que inaugura los primeros actos, todo está ya preparado y cuidado al detalle para la ocasión, incluida la vestimenta con la que podremos ver por primera vez al nuevo pontífice.

Con todo blindado y un enorme dispositivo policial para que el encuentro se desarrolle de forma segura, los 133 cardenales electores llamados a designar al 267º romano pontífice se congregan esta tarde en la Capilla Sixtina para iniciar la primera de las votaciones llamadas a designar al heredero de Jorge Mario Bergoglio; un nuevo acontecimiento histórico que concentrará a miles y miles de fieles en el lugar.

Sin dejar nada al azar, el Vaticano ha preparado todo con mimo para que nada falle o quede al azar. En la Capilla Sixtina, la sala está acondicionada con bancos para el recuento de votos y un horno donde se quemarán las papeletas. El nuevo papa necesitará una mayoría cualificada de dos tercios para ser elegido, es decir, 89 votos.

Hoy se celebra la primera de las votaciones, que puede ser clave para marcar el rumbo, aunque es sumamente improbable que sea decisiva y resolutoria. Así, este jueves se celebrarían dos tandas de votaciones por la mañana y otras dos por la tarde. Cada dos votaciones se quemará la papeleta y será entonces cuando la chimenea, en la que se centran todas las miradas, arroje la fumata: negra si no hay consenso; blanca si hay nuevo papa.

En el caso de que los cardenales electores tengan dificultades para ponerse de acuerdo sobre la persona elegida, después de tres días sin resultado, las votaciones se suspenderían durante un máximo de un día, para una pausa y posterior votación.

En caso de que sea elegido nuevo papa, los cardenales tendrán que prestar juramento y guardar secreto sobre todos los detalles que rodean la elección del nuevo pontífice, así como rechazar cualquier influencia exterior hasta el anuncio oficial.

Bajo el más estricto secreto hasta la conclusión del cónclave, no será hasta entonces cuando todos conozcamos al nuevo papa, para el que ya están preparadas varias túnicas; el atuendo con el que los fieles verán por primera vez al sucesor de Francisco desde la plaza de San Pedro cuando salga al balcón tras ser elegido para dar su bendición.

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