La Ciudad del Vaticano y Roma se preparan para la elección del nuevo papa en el cónclave que comenzará este miércoles 7 de mayo y que atrae la atención de miles de periodistas y fieles. Mientras, los 170 cardenales reunidos este lunes en la undécima congregación general han hablado de migraciones, de la responsabilidad de apoyar al nuevo Pontífice y del deseo de que este sea "un Papa pastor".

En las llamadas Congregaciones Generales, las Asambleas de los 252 cardenales de todo el mundo. Nunca hubo tantos, ni de tantos países: 90. Lo que, por el simple desconocimiento entre muchos de ellos, añade más incertidumbre a un cónclave ya de por sí situado en una encrucijada: seguir o no los pasos de Francisco. En cuáles parar, en cuáles frenar, en cuáles acelerar.

El único cardenal elector de Indonesia, Ignatius Suharyo, acaba de llegar a Roma y él mismo reconoce no saber cómo van las cosas en las Asambleas. Con lo que están lidiando los purpurados, entre idas y venidas, además de con la insistencia de los periodistas, a la que ya estaban acostumbrados, es con la era del selfie, a la que no están tan acostumbrados.

Todos esquivan las preguntas sobre los papables con generalidades, desde el Espíritu Santo hasta que el elegido debe ser un padre y un pastor. Pero la discreción estos días es casi un voto, como el secreto de las deliberaciones en la Capilla Sixtina. Que ultima los detalles, como la colocación de la chimenea para las fumatas. Que si es blanca irá acompañada del repicar de las campanas de San Pedro, para que no haya dudas como en otras ocasiones sobre el color del humo.

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