Las polémicas a las que tuvo que hacer frente el papa Francisco y por las que tuvo que pedir perdón

Papa FranciscoCIRO FUSCO
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El papa Francisco ha estado al frente de la Iglesia Católica doce años. Más de una década en la que le ha tocado protagonizar diversas polémicas en torno a temas tan relevantes como la inmigración, la libertad sexual, la natalidad o el aborto.

No cabe duda de que Jorge Bergoglio fue uno de los pontífices más comunicativos de la historia. Un aspecto que en ocasiones le ha llevado a levantar ampollas entre los propios miembros de la Iglesia y fuera de este estamento.

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La vergüenza de la inmigración

Ya en 2013, en el primer año como sumo pontífice, no dudó en declarar que la crisis migratoria que se estaba produciendo en el Mar Mediterráneo le provocaba “vergüenza”. Esto lo hizo en la isla de Lampedusa, uno de los lugares donde más inmigrantes llegan cada año. Hay que recordar que en aquellos momentos acababan de fallecer 90 personas tratando de llegar a Italia.

En relación con las crisis de migrantes, el papa Francisco también se refirió a los campos de refugiados como “campos de concentración”. Tal afirmación supuso la protesta del Comité Judío Estadounidense, alegando que no tenían nada que ver unos lugares con otros.

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Mujeres en la Iglesia sí, pero no sacerdotisas

Aunque el papa declaró en diversas ocasiones la necesidad de incrementar su número en puestos que les permitiesen tomar decisiones en el seno de la Iglesia, se negó a que las mujeres pudiesen ordenarse en el sacerdocio. Para ello solo se refirió a lo decidido por Juan Pablo II durante su pontificado. Cabe señalar que en 2016 anunció que instituiría la Comisión de Estudio sobre el Diaconado de las Mujeres.

Libertad sexual

En este tema, el papa Francisco se movió en el alambre, siendo tachado de reaccionario por algunos sectores de la sociedad y de revolucionario entre otros segmentos de la Iglesia. Entre las ideas que ha propugnado en su pontificado hay que destacar las siguientes: 

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  • “Las uniones entre parejas del mismo sexo no pueden equipararse al matrimonio”.
  • “Si una persona es gay, busca al Señor y tiene buena voluntad, ¿quién soy yo para juzgarla?”.
  • “Me alegra que hablemos sobre las personas homosexuales porque antes que nada viene la persona individual en su totalidad y dignidad. Y la gente no debe ser definida sólo por sus tendencias sexuales: no olvidemos que Dios ama a todas sus criaturas y que estamos destinados a recibir su amor infinito. Prefiero que los homosexuales acudan a la confesión, que estén cerca del Señor y que recemos todos juntos. Se les puede pedir que recen, mostrarles buena voluntad, mostrarles el camino y acompañarlos en el mismo”. 

Disculpas por la conquista de México

Otra intervención que causó gran revuelo, especialmente en nuestro país, la protagonizó en México, donde pidió disculpas por los pecados cometidos durante la conquista española y posterior evangelización. “En diversas ocasiones, tantos mis antecesores como yo mismo, hemos pedido perdón por los pecados personales y sociales, por todas las acciones u omisiones que no contribuyeron a la evangelización”, expuso ante la posterior estupefacción de dirigentes políticos españoles como Isabel Díaz Ayuso o Iván Espinosa de los Monteros.

Natalidad sí, pero no como “conejos”

El pontífice se mostró preocupado por la baja natalidad en Europa en general e Italia en particular: “La natalidad de los niños es, en efecto, el principal indicador para medir la esperanza de un pueblo. Y esto no solo tiene un efecto desde el punto de vista económico y social, sino que socava la fe en el futuro”.

Sin embargo, en un vuelo de Manila a Roma en 2015, expuso que “la apertura a la vida es condición del sacramento del matrimonio, pero eso no significa que el cristiano deba hacer hijos en serie”. Para ello apuntó un ejemplo que había vivido con una mujer embarazada de su octavo hijo que llevaba siete cesáreas y necesitaba una más. Le preguntó si quería dejar huérfanos a siete, a lo que la mujer replicó que confiaba en Dios. “Dios te da los medios para ser responsable. Algunos creen que para ser buenos católicos debemos ser como ‘conejos’. No: paternidad responsable”, expuso el papa Francisco.

Por otro lado, cuando en 2016 se estaba propagando el virus zika, propuso el uso de anticonceptivos como un “mal menor” ante una situación como aquella. En este sentido, un mal mayor sería el aborto: “El aborto no es el menor de los males. Es un crimen”.

Eso sí, abortar ya no supone la excomulgación de una mujer católica, ya que el papa concedió a los sacerdotes “la facultad de absolver a quienes hayan procurado el pecado de aborto”.

Abusos sexuales

Finalmente, si hay un tema escabroso que ha perseguido a esta institución en las últimas décadas, ese han sido los escándalos relacionados con la pederastia. La primera polémica surgió cuando mostró clemencia con algunos párrocos culpables de actos de pedofilia. Solo cuando uno de ellos, llamado Mauro Inzoli, fue declarado culpable de abuso sexual y condenado a cuatro años y nueve meses de cárcel, aumentó las sanciones eclesiásticas. “Cuando la conciencia llega tarde, las vías para resolver el problema también llegan tarde. Estoy al tanto de esta dificultad, pero es la realidad y lo digo llanamente: llegamos tarde”, expuso entonces. 

Posteriormente, el pontífice endureció el código penal de la Santa Sede con una reforma en la que se incluían como delitos contra menores la prostitución y la pornografía infantil, así como con una política de tolerancia cero. “El escándalo del abuso sexual es verdaderamente una ruina terrible para toda la humanidad. También para la Iglesia ha sido una experiencia muy dolorosa. Sentimos vergüenza por los abusos cometidos por ministros sagrados, que deberían ser los más dignos de confianza”.

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