“Mi pareja me ha dejado por alguien más joven. Tengo la autoestima por los suelos”

Dejar por pareja más joven
Rosa Malospelos, psicóloga, explica en el vídeo cómo recomponerse cuando te dejan por alguien más jovenBig Little Lies
  • Cuando existe una traición, lo más acertado es no forzar nada ni obligarse a estar bien pronto

  • Rosa Malospelos, psicóloga, recomienda buscar ayuda profesional: “Es posible volver a confiar si se hace desde el cuidado y no desde el miedo”

Compartir

No eres la primera ni serás la última a la que dejen por otra más joven; a los hombres también les ocurre. Cuando se van con alguien más joven, duele el orgullo, que reemplacen todo lo que un día se construyó con ilusión y amor, y duele enfrentarse a miedos e inseguridades. Estos y más puntos que se van a ver afectados los identifican dos personas con las que hemos hablado y una experta en autoestima y relaciones.

Lo cierto es que a la mayoría de las personas (hablamos de los dos sexos) les seduce la juventud en lo que tiene que ver, al menos en un primer contacto en encuentros organizados o las llamadas citas a ciegas, y no lo decimos nosotros, sino una investigación de la Universidad de California publicada en Proceedings of the National Academy of Sciences (PNAS).

PUEDE INTERESARTE

Ilusiones truncadas

Recuperar la confianza en el otro y en uno mismo puede ser complicado, pero no imposible como evidencian los expertos en relaciones. Isaiah, 54 años, es una de las muchas personas que vivió un momento muy duro cuando su pareja desde hacía 17 años le dejó por un chico más joven. Para él fue duro el proceso de descubrirlo, de aceptarlo, de enfrentar una vida sin esa persona y del gran trabajo para recomponer una autoestima como dice él “pisoteada”.

“Duele todo, no puedo decirte algo más que otra cosa. Esperaba envejecer con esa persona. Me había jurado amor eterno y que yo era el único y de la noche a la mañana veo que decide irse de casa a vivir con otro hombre más joven que ella”, cuenta.

PUEDE INTERESARTE

Para él, conocer que su mujer deseaba a un hombre más atractivo y joven que él le hizo mucho daño a nivel emocional. “Me obsesioné con mi cuerpo, con mi cara, con mis arrugas. Empecé a entrenar más y a comer menos, no a comer saludable, sino a comer poco y me estaba haciendo daño, castigándome y creyendo que todo era culpa mía. Necesité ayuda profesional para salir de ese agujero”, señala.

De otro lado, María, de 50 años, sigue procesando la ruptura con su pareja. Él es 10 años menor que ella, lo cual nunca fue un problema. Lo curioso es que llevaba tiempo llevando una doble vida con una compañera de trabajo más joven que él. “Lo pillé y por eso me dejó, sino creo que intentaría compaginar las dos relaciones el máximo tiempo posible. Siento que es tremendamente inmaduro y poco empático”, expresa.

A María le duele especialmente porque siente que le ha traicionado más como confidente que como pareja. “Cuando nos conocimos le conté mis inseguridades con mi físico y hasta creo que lo ha utilizado para hacerme más daño porque la chica con la que se ha ido, además de preciosa tiene un cuerpo espectacular y es bastante más joven que yo”, apunta.

María no sabe si su expareja está enamorada o no, pero sí ve que se siente atraído por un prototipo de mujer que no se relaciona con ella. “Él siempre me vendió que ni el físico ni la edad eran importantes para él. No obstante, veo que mintió y me ha hecho mucho daño. Necesitaré tiempo para recomponerme internamente”, destaca.

Permitir paso y espacio al duelo

Para Rosa Malospelos, psicóloga, experta en relaciones, autoestima y dependencia emocional, más allá de la tristeza, puede llegar a doler más la humillación emocional, porque como aclara sentirse sustituido, ver reducido el valor personal a cierta edad o a un cuerpo duele y causa rabia. Como recalca: “Es normal estar enfadada, con la que fue la pareja, contigo y con el mundo”.

Comenta que, la rabia es una emoción de defensa que protege algo que dolió de verdad. Añade que puede generar incomodidad, aunque, puede ser el comienzo para implantar límites y cuidarse.

La profesional tiene claro que lo más importante es no forzar nada, y eso empieza por no obligarse a estar bien pronto. “El dolor necesita su tiempo; la rabia también. Permitirte sentir ambas cosas sin juzgarte es el primer paso hacia la reconstrucción”, resalta.

Según la psicóloga, es necesarios rodearse de espacios donde no te digan “ya se te pasará”, sino “vamos a pasarlo juntos”. “Volver a actividades propias, escribir lo que te pasa, retomar espacios donde puedas ser tú, sin estar pendiente de nadie más, es esencial. Si puedes, búscate una red que no te invalide ni te empuje a “seguir como si nada”, expresa.

Sobre el tiempo idóneo para volver a confiar en alguien, Malospelos indica que no existe una respuesta exacta, aunque sí da una clave: “No es tanto cuestión de tiempo, sino de trabajo emocional”, sostiene.

La confianza no se reconstruye sola, ni se activa con otra persona nueva, se cultiva cuando uno entiende lo que pasó, lo que ignoró o necesitaba. “Es posible volver a confiar (incluso más sabiamente) si se hace el proceso desde el cuidado y no desde el miedo. Lo apropiado es no saltarse el duelo”, perfila.

Aconseja buscar ayuda profesional y apoyo del entorno, porque define la terapia como un espacio seguro para colocar las emociones, dar sentido a lo vivido y reconstruir individualmente más allá de una relación. “La terapia no es solo para momentos extremos”, subraya.

Para la especialista en autoestima, rodearse de personas que no minimicen el dolor y que lo acompañen, marca una gran diferencia en proceso de duelo. El verano puede ser una buena época para sanar siempre y cuando se use en uno mismo y sirva para reconectar. “El verano puede doler, sobre todo si todo el mundo parece feliz, enamorado y de vacaciones”, afirma.

Sin embargo, ¿de qué modo? La psicóloga refiere que una posibilidad tiene que ver con los espacios de cuidado entre mujeres, como un viaje en grupo, “sin presiones, ni máscaras”. “No tengas miedo de atravesar este camino sola, porque sanar también trae consigo hacerlo acompañada”, culmina.

OSZAR »