Eugenia Osborne desvela todos los detalles de su parto más doloroso: "Tuve que aguantar para no dar a luz, estuve sola"

Eugenia Osborne ha acudido al programa de Mitele 'Madres: desde el corazón', conducido por la periodista Cruz Sánchez de Lara
Disfruta a la carta de la entrevista íntegra a Eugenia Osborne en 'Madres: desde el corazón'
En 2013, Eugenia Osborne, hija de Bertín Osborne y empresaria, vivió el peor episodio su vida. Estando embarazada conoció que serían mellizas, -Sandra y Leticia-, y los médicos le recomendaron reposo absoluto. Eugenia cumplió al pie de la letra, evitando todo esfuerzos, y un fin de semana, estando en la 27ª semana de gestación, viajó a Jerez por motivos familiares. Tras regresar, empezó a sangrar y fue ingresada de urgencia en el Hospital General de Jerez de la Frontera, donde permanecería durante dos meses. Aquel fue el parto más doloroso de los tres a los que se ha enfrentado. Y no solo por ser un parto de riesgo prematuro, también por lo que ocurrió después: el fallecimiento de Leticia a los ocho días de vida.

La diseñadora de joyas ha abierto su corazón a Cruz Sánchez de Lara en el programa de Mitele 'Madres: desde el corazón', convirtiéndose en la segunda protagonista de la segunda temporada de este espacio de Mediaset dedicado a la maternidad de mujeres conocidas en el panorama nacional.
"Yo supe que tenía que guardar reposo, pero en ningún momento intuí que algo no funcionaba", avanza Osborne. "Me fui a Jerez para pasar el fin de semana con mi familia y aprovechar para recoger ropa que me dejaba mi hermana de bebés para las niñas. Cuando me volvía en tren con Juan -su hijo mayor- ahí empecé a sangrar y me llevaron al hospital. Tenía que aguantar todo lo que pudiera para no dar a luz porque estaba en la semana 27ª de gestación", rememora.
Sandra estaba "a punto de salir" por la posición en la que se encontraba, y Eugenia tuvo que colocarse "con las piernas hacia arriba" para evitarlo. "Estuve con dolores de espalda y de parto durante tres días. Fue bastante duro", explica.

El 23 de noviembre de ese año nacieron las dos niñas. Tal y como cuenta en el programa a la periodista, "Sandra llegó con parto natural porque ya estaba casi fuera, y Leticia fue por cesárea de urgencia porque querían manipularla lo menos posible para evitar daños".
Eugenia sostiene que "no tengo muchos recuerdos de aquello". "Sí recuerdo el momento en el que sentí que la bolsa de Sandra se rompía, y yo veía mucho movimiento de los médicos. No estaba mi ginecólogo porque al ser cesárea en quirófano tenía que hacerlo otro. Juan no podía entrar, y yo me acuerdo de que estuve sola, despidiéndome de él y de mi hijo mayor", subraya la creadora de contenido entre lágrimas.
Según afirma, Sandra "salió fácil y no hubo que poner puntos", y con Leticia gracias a la epidural "tampoco sentí nada". Conoció a sus hijas al día siguiente de dar a luz. "Me llevaron en silla de ruedas a la zona de neonatos, y cada una estaba en una incubadora, eran muy chiquititas. Sandra pesó 800 gramos y Leticia 750, no parecían bebés".

Al octavo día del parto Leticia falleció. "Su cuerpo no aguantó, pero lo intentó". Durante los dos meses siguientes, Eugenia continuó ingresada en el hospital, "hasta que llegó a pesar 2,2 kilos". "Fue muy complicado", asevera.
El procedimiento médico al que se enfrentó en su tercer embarazo para no abortar
Dos años después de dar a luz por segunda vez llegó sin esperarlo su tercer embarazo. "Aviso, el DIU falla", cuenta, expresando que lloró al conocer la noticia porque "no me lo esperaba", sobre todo después de lo que había sufrido con el parto de las mellizas y la muerte de Leticia.

"No me vi preparada después de todo lo que había pasado, pasé mucho miedo", explica. Y es que, según manifiesta, "la razón" por la que sus hijas habrían nacido antes es porque "mi útero no aguanta el peso de los niños, y eso se sabe a partir del segundo embarazo, y por desgracia algunos niños se quedan en el camino".
Fue por ese motivo por el que tuvo que someterse a un procedimiento médico para no abortar: un cerclaje cervical, que consiste en cerrar el cuello uterino con una sutura para prevenir el parto prematuro en mujeres con riesgo de insuficiencia cervical. "Me cosieron el cuello del útero para evitarlo, manchaba de vez en cuando y era un susto...". Sin embargo, nació su tercer hijo, Tristán, y subraya que el parto fue "maravilloso". "Duró dos horas", sentencia.