La reina Letizia no se persigna en el funeral del papa Francisco: el motivo

Los reyes Felipe y Letizia han sido los representantes de la delegación española en el funeral del papa Francisco
En este tipo de eventos, con un protocolo tan estricto, cualquier tipo de gesto o movimiento es analizado al detalle
El funeral del papa Francisco, en directo | Minuto a minuto
Este sábado 26 de abril, en la majestuosa plaza de San Pedro del Vaticano, se ha celebrado el funeral del papa Francisco. Entre los miles de asistentes, la delegación española ha estado encabezada por los reyes Felipe VI y Letizia. Un acto solemne, cargado de simbolismo religioso y diplomático, al que han acudido mandatarios y jefes de Estado de todo el mundo, tal y como se observa en el vídeo.
En este tipo de eventos, con un protocolo tan estricto, cualquier tipo de gesto o movimiento es analizado al detalle, y esta vez no iba a ser menos.

Durante el último adiós al pontífice argentino, la reina Letizia no se ha persignado en la misa -se ha observado que en un instante el rey Felipe ha procedido a santiguarse mientras la reina no-. Y no es de extrañar, porque no es la primera vez.
Desde que ingresó en la familia real en 2004, la actitud de Letizia ante los actos religiosos ha sido constantemente estudiada. Su presencia en misas ha sido más bien escasa. Ha evitado, en varias ocasiones, acudir a celebraciones religiosas incluso cuando se trataba de actos institucionales relevantes. Y cuando ha estado presente, como hoy, su actitud ha sido siempre comedida, contenida, y, para muchos, llamativamente alejada de las formas tradicionales.
Es cierto que durante los primeros años de su llegada a Zarzuela sí hacía el gesto de la cruz, sin embargo, llevamos varios años sin verlo, lo que ha sido motivo de feroces críticas. Ya llamó la atención en 2022, cuando los reyes y sus hijas Leonor y Sofía acudían a Santiago de Compostela para realizar la Ofrenda al Apóstol y fue la única de la familia real en no santiguarse. Y antes, durante el aniversario del fallecimiento de Alicia de Borbón-Parma en 2017. Tampoco en el funeral de la infanta Pilar ni en el funeral por las víctimas del coronavirus en 2020.
El gesto de persignarse no es solo un acto de fe personal, sino que, en determinados contextos, funciona también como símbolo de respeto. Y ahora, en este caso, además, está cargado de muchísimo significado al tratarse del funeral del máximo líder de la Iglesia Católica, una institución con la que la monarquía española mantiene una relación histórica y simbólica. No en vano, los reyes españoles portan el título de católicos. El vínculo entre la Corona y el catolicismo ha sido, durante siglos, parte del relato del país.

Por eso, un silencio litúrgico como este podría ser interpretado por algunos como una falta de sensibilidad institucional, o incluso como un desmarque. También es cierto que, en casi todas las ocasiones, Letizia suele limitarse a inclinar levemente la cabeza como señal de respeto a la Iglesia Católica y a sus fieles.
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